Lo importante para el Señor es que lo amemos a Ãl y los unos a los otros (Marcos 12:30-31). Como un padre amoroso, Dios desea que su familia esté unida. No podemos llevar a cabo lo que Ãl tiene preparado para nosotros si cuando se presentan situaciones adversas nos negamos a reconciliarnos unos con otros. Debemos hacer uso del poder del PERDÃ"N. En su oración más apasionada, una noche antes de que lo crucificaran, Jesús le rogó a Dios que uniera a sus seguidores: «para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mÃ, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotrosâ¦Â» (Juan 17:21). Bendiciones! CCIAA |